Uno de los eventos más importantes del embarazo es la realización de la primer ecografía. Mediante ella podremos confirmar que certeramente estamos embarazadas y que nuestro bebé se ha ubicado en el útero correctamente.
Promediando las 4 semanas de gestación se puede detectar el saco gestacional en la ecografía transvaginal, esto incluye la bolsa con el líquido amniótico, y el corion, que es lo que más tarde formará la placenta. Recién hacia la semana 5 desde la fecha de última menstruación podremos visualizar el embrión y escuchar los latidos cardíacos.
En esta primera ecografía vamos a evaluar que aparezca el saco en el tiempo correspondiente, que esté bien ubicado en el interior del útero y que tenga un embrión en su interior con los latidos presentes. Pero en algunos casos no se pueden corroborar todos estos datos y es necesario repetir este estudio.
Si se observa el embrión dentro del saco gestacional y se detectan sus latidos, se calcula la edad gestacional y la fecha probable de parto. Si se ve un saco “vacío”, se toman las medidas y se calcula de acuerdo a ellas cuántos días faltarían para que el embrión se vea. Si no es posible observar el saco o el embrión en esta primera ecografía, puede deberse a que la ovulación se produjo unos días más tarde, algo que sucede con frecuencia en mujeres con ciclos irregulares y, por lo tanto, el saco gestacional se verá más tarde también. Si bien el embarazo comienza a contarse a partir del primer día de la última menstruación, la concepción se supone que se produce dos semanas después.
También puede pasar que se vea el embrión pero no se encuentren los latidos. Cuando el embrión mide menos de 6mm, lo que corresponde a unas 5,5 o 6 semanas de embarazo, puede suceder que no se detecten los latidos y eso no significa que el bebé no esté bien sino que es demasiado pequeño e inmaduro para poder escucharlos. El embrión crece aproximadamente 1mm por día, por lo cual, se recomienda volver a repetir la ecografía 48 o 72hs más tarde.